Viernes, 19 Abril 2024
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Carlos Romo Medina

SE HA REITERADO hasta la saciedad que el síndrome del ladrillo parece ser en los últimos tiempos algo así como una epidemia, prácticamente una pandemia. La mayoría de quienes acceden a un cargo público carecen de una mínima ética y están sobrados de prepotencia y soberbia.

 

Carlos Romo Medina

PRESUMIR LA INCAPACIDAD está de moda. Cuando se es inepto no existe ningún remedio si se insiste en permanecer en tal condición. No es de extrañar que subirse a un pequeño peldaño a algunos burócratas de medio pelo les provoque el síndrome del ladrillo. La mínima altura que tiene un pequeño bloque de tierra cocida produce mareos y vértigo a quienes tienen la capacidad intelectual de un mono, con las obligadas disculpas a los micos por tal comparación.

 

Carlos Romo Medina

EL QUE MUCHO abarca, poco aprieta. Para el caso es lo mismo: camarón que se duerme, lo retratan a colores, o ¿cómo era? La alharaca no siempre termina en fiesta y a veces hasta resulta ser un espejismo de celebración.

 

Carlos Romo Medina

EL TALANTE autoritario está de moda. No niegan la cruz de su parroquia. Y todavía se sienten de ofendidos a calumniados. Cuando se juntan con lobos, a aullar se enseñan, aunque medio aprendan a mal aullar. El líder de la Sección Uno del Sindicato de Trabajadores de la Educación (SNTE), Ramón García Alvizo pretende mostrar un rostro amable, cuando en la realidad es un intolerante con ínfulas de grandeza. El ladrillo lo ha mareado.

 

Carlos Romo Medina

LOS PRETEXTOS sobran. La honestidad escasea. La mediocridad abunda. La ineficacia pretende sustituir a la eficiencia. Prácticamente se fueron seis años, seis, como en las corridas de toros, pero eso sí, la alforja de resultados se muestra raquítica, mientras que la propia cartera rebosa y goza de cabal salud financiera.

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