Miércoles, 07 Mayo 2025
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Jorge Varona Rodríguez

informe25jun17aAguascalientes, Ags.- 25 de junio de 2017.- (aguzados.com).- Como sabemos, la propaganda se ha perfeccionado con las técnicas de la publicidad comercial y el uso eficaz de las redes sociales e Internet, así como la combinación de todos los medios imaginables (cine, TV,  radio, diarios, revistas, púlpitos, marchas, desfiles, peregrinaciones…). Manipula la información para exaltar emociones y reprimir la racionalidad. O bien, racionalidad cuyas conclusiones dependen de información sesgada e incompleta. La propaganda no actúa en el vacío sino que opera bajo ciertas circunstancias sociales y políticas que facilitan su impacto. De ahí que invariablemente va acompañada, antes, durante y después, de acciones y provocaciones de los actores, ya sea el Estado, grupos de presión en particular empresariales e iglesias, fuerzas armadas, organizaciones disidentes y contestatarias, así como potencias extranjeras.

Alemania nazi es el ejemplo más conocido de propaganda. No es el único. En la segunda guerra los países aliados derrocharon recursos para  contrarrestar la fascista y la bolchevique, a la vez esconder  sus propios excesos. Es paradigmática  la operación  en Latinoamérica (dirigida por Nelson Rockefeller y financiada por empresas  norteamericanas),  previo a y en la segunda guerra, para ganar el apoyo de los países de la  región.  Desde 1945 ha sido constante, a veces burdo y en ocasiones sofisticado, el bombardeo propagandístico de las potencias de occidente, particularmente EU, para ganar la batalla ideológica de la democracia capitalista y dar visos de legitimidad a la guerra sucia que le ha acompañado. Recuérdese el golpe de Estado en Chile, 1973, cacerolismo de derecha inspirado en USA que nuevamente ensayan en Venezuela. El boicot contra Cuba; el injerencismo en Brasil, Venezuela, Bolivia. Ecuador, Centroamérica.  Es el afán  para desprestigiar  toda alternativa socioeconómica al capitalismo salvaje.

informe25jun17bDesde luego, todas las potencias económicas y militares, mundiales o regionales, recurren a la propaganda para posicionar sus intereses en pugna. Al interior de cada país las clases dominantes y los partidos en competencia electoral despliegan todo tipo de propaganda. Todo ello son  retos formidables para la democracia y la paz mundial.

México no ha escapado a ese fenómeno. Tres casos: 1) el régimen corporativista con sus tesis de nacionalismo revolucionario y unidad nacional que lo sustentó ideológicamente. 2) La campaña de la ultraderecha, iniciada desde los años 20 e intensificada en la “guerra fría”, que todavía persiste, en oposición a los aspectos sociales de la Constitución 1917, contra el Estado laico, las libertades de conciencia, religiosa y educación. 3) Ante la crisis del modelo de economía mixta, el embate de la derecha empresarial para apoderarse del Estado e imponer  su visión de sociedad y economía sobre el interés general de la comunidad nacional. Para ello fue crucial el peso propagandístico y financiero de las potencias  industriales, en especial EU, así como la alianza  con partidos y grupos conservadores. Están a la vista los resultados en democracia, desarrollo social, seguridad  y derechos humanos, situación inmersa en el trasiego mediático para ocultar o disimular esa realidad y pretender más de lo mismo.

Comprender críticamente  los engaños y las intenciones que hay detrás de la propaganda, coadyuvará al esfuerzo de los ciudadanos para retomar el control de la vida política y rechazar los embustes que proliferan hoy al nivel de todos los sistemas y de todos los regímenes. Hay quienes sugieren que la propaganda, liberada del afán manipulador y mentiroso, mucho más que para embaucar al pueblo, puede servir  para exponer propósitos o ideales que rescaten valores sociales y humanos.

informe25jun17cEmpero, queda abierta la discusión acerca de cuáles son y en qué consisten esos valores humanos y sociales. Seguramente la equilibrada confrontación de ellos ante la ciudadanía puede zanjar el asunto. Ahora bien, esta confrontación de ideas y valores ante la ciudadanía, entiendo, requiere de una nueva forma y nuevo contenido de propaganda, que rechace y se anticipe a toda forma de manipulación.

Sin embargo puede ser insuficiente este “estilo nuevo” de propaganda. La verdadera democracia –que es social o no es-- vive de la participación activa del pueblo y no basta solamente estar bien informado. La idea democrática está evolucionando hacia formas y métodos de mayor compromiso con la vida, las prioridades  y los actos de los individuos. La propaganda democrática, para serlo, necesariamente dejará de partir de las clases dominantes y del Estado  hacia las clases subordinadas y los gobernados. Será, debe ser, vertical pero de abajo hacia arriba, horizontal y transversal, con la participación viva del pueblo en la vida de la ciudad, del estado y de la nación, tanto en política, elecciones y gobierno; como en la  elaboración y aplicación de políticas públicas;  en los asuntos de la economía y el desarrollo social (finanzas, fisco, empleo, salarios, distribución del ingreso), la cultura y el ejercicio y respeto de los derechos humanos, sociales, económicos y culturales.

“El mito ha demostrado sus nocivas consecuencias cuanto se apodera de todo hombre para hacer de él un delirante fanático, pero cuando está enmarcado por una política razonable y al servicio de una sociedad que sigue siendo muy compleja en su estructura y abierta a los valores políticos, la propaganda es un elemento de juventud y de cohesión”, afirmó Domenach.

Y no carecía de razón. Ese tránsito de la pre-política (Julián Marías), la de irracionalidad y violencia, a la política que humanice la vida social, está en la educación para la libertad.

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Francisco Abundis Luna

Ciudad de México.- 22 de junio de 2017.- (aguzados.com).- Una característica de las democracias liberales es que sus ciudadanos tienen acceso casi irrestricto a la información pública. Se asume que el ciudadano es un individuo consciente que podrá discriminar de lo que se entera y que incorporará aquello que le sea útil para su toma de decisiones. Tal vez el supuesto es demasiado optimista, pero es coherente con su diseño institucional.

En esta tarea los medios de comunicación —y más recientemente las redes sociales— pasan a tener un papel fundamental. Los medios filtran y difunden información que consideran útil para el público. Si bien este esquema funciona de manera cotidiana, durante los periodos electorales pasa a ser más que relevante.

Una crítica cada vez más frecuente hacia las campañas electorales es que difunden información no validada y frecuentemente dolosa. Se les conoce como campañas negras o negativas. Este fenómeno es cada vez más preocupante y es uno de los argumentos más serios para cuestionar el triunfo del actual Presidente de una de las democracias más poderosas del mundo. Así de grave el problema.

La información sobre las preferencias electorales es sólo una parte de estos insumos durante estos periodos. Pero, a diferencia de otros tipos de información que se difunde, ésta está muy regulada y supervisada por la autoridad electoral. No sólo se regulan sus condiciones de publicación, sino también sus tiempos.

Todo aquel dato que sea público debe de tener un patrocinador, una metodología y una entrega con su base de datos correspondiente. Si bien esto no garantiza calidad en la medición, por lo menos permite supervisión y saber que la medición sí se realizó.

coberturas22jun17A diferencia de las democracias liberales a las que nos referimos, en México hay un momento que se restringe la información. Este periodo de tiempo se conoce como “veda electoral” e incluye también la medición de preferencias políticas. En ese momento se deja de difundir la información y pasamos a esperar los resultados en la noche del día de la elección.

Es una especie de apagón informativo en el que cinco días antes de la elección se detienen las campañas y toda la información disponible. En lo que se refiere a los temas electorales no significa que no haya más información, sino que ésta ya no es pública. Los tomadores de decisión y la clase política siguen teniendo información, solo el ciudadano no tiene acceso a ella.

En las democracias referidas este flujo de información continua incluye la publicación de encuestas de salida y de conteos rápidos durante las elecciones. En Estados Unidos, Francia o Reino Unido las cadenas de televisión más importantes tienen coberturas especiales para hablar del desarrollo de las elecciones, lo que incluye estimaciones de la preferencia electoral de los votantes.

Estos medios invitan a analistas para dar explicaciones que ayuden a entender cada elección, y tienen además la participación de pollsters que en el transcurso del día dan a conocer estimaciones sobre los posibles resultados de cada proceso. Los ciudadanos norteamericanos, franceses o bien ingleses, por mencionar algunos, tienen información casi en tiempo real y van conociendo la historia de la elección, hasta que finalmente aparecen los resultados oficiales que indican qué partido y candidato obtuvo el triunfo. Gracias a las encuestas de salida realizadas a las personas que acudieron a las urnas se pueden hacer lecturas posteriores sobre qué temas influyeron, cuál fue el perfil de los votantes y otros datos que permite conocer más a los electores y sus motivaciones.

Desafortunadamente, en México nuestra historia es otra, derivado de los cuestionamientos que han surgido sobre las encuestas que se realizan para conocer las preferencias electorales de la ciudadanía el día de la elección. Cada vez menos medios de comunicación reportan encuestas de salida para analizar las elecciones en lo que se conoce como la noche electoral.

Una manera de abordar el fenómeno puede haber sido a través de acercamientos entre los comunicadores y las encuestadoras para definir criterios. Acordar mejores estrategias de informar a la ciudadanía sobre para qué sirven estas encuestas, cómo deben ser leídas, cuáles son sus alcances y en qué pueden beneficiarnos si hacemos un uso responsable de éstas. Este ha sido el caso de Estados Unidos y Francia.

Otra opción pudo ser abrir espacios de debate para evaluar si nuestra actual ley electoral en materia de encuestas electorales realmente contribuye a que la ciudadanía esté mejor informada para la decisión de su voto. Si la regulación ha hecho que haya menos encuestas de calidad cuestionable al reportar la metodología usada. O si, por el contrario, estas restricciones a la publicación de encuestas tres días antes de las elecciones son un obstáculo informativo sólo para los ciudadanos. Otro tema más que relevante es lo que está pasando con las encuestas difundidas por redes sociales, lo cual ni siquiera se menciona.

En cambio, lo que está ocurriendo en el país es que los medios de comunicación han tomado medidas de protección para que aquellos críticos de las encuestas no puedan desacreditar el trabajo que se intenta hacer, al menos por una parte importante de las encuestadoras. Críticas que lamentablemente carecen de información o rigor metodológico. Las críticas por las diferencias entre encuestas preelectorales, encuestas de salida, y los resultados finales son lugares comunes.

La forma de abordar estos problemas en muchos otros lugares del mundo es distinta. Tenemos varios ejemplos, el más reciente fue la elección presidencial de EU donde, a diferencia de las estimaciones electorales, el candidato Donald Trump resultó electo. Sin embargo, ABC, CBS, NBC o FOX no optaron por cuestionar la publicación de información, ellos tienen claro la utilidad de la misma para la ciudadanía. Si en estas democracias se utilizara el mismo criterio que en México, ya no se publicarían más encuestas de salida.

Resulta importante señalar el esfuerzo realizado por MILENIO Televisión en las elecciones locales de 2016. En la cobertura en la que se reportaron los 12 estados que renovaron gobernador, decidimos informar con mucha precaución las tendencias electorales de las encuestas. Siempre presentando las mismas como estimaciones estadísticas. Durante la transmisión se recordó constantemente al televidente que debía tener cautela con los datos reportados de encuestas de salida, y que los conteos rápidos se caracterizan por tener mayor precisión. Sin embargo, un día después del ejercicio las críticas de algunos comunicadores fueron las mismas: “las encuestas se equivocaron”.

No importa que al final de la noche se haya estimado de manera correcta a los ganadores de las 12 elecciones. Para estos críticos las encuestas habían fallado. Desestimaron los resultados que se dieron a conocer, inventaron un récord. Se dio ganador acertado en nueve estados con encuestas de salida, en un estado solo se reportó conteo rápido (Tamaulipas), y en otras dos entidades se corrigió al ganador según el conteo rápido (Durango y Quintana Roo). Al final de la transmisión de la noche electoral todas las mediciones fueron correctas.

No poder contar con información pública durante las elecciones es una pérdida para la ciudadanía, no para la clase política que seguirá teniendo información sobre cada elección. Esta falta de información no se da por una decisión ciudadana. La ausencia de información electoral es consecuencia de una ley electoral restrictiva y de unos medios de comunicación que desconocen del tema y no observan cómo funcionan las democracias en el mundo. Nuevamente otro ejemplo del excepcionalismo mexicano.

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Ciudad de México.- 19 de junio de 2017.- (aguzados.com).- A diferencia de lo que piensan algunos analistas sobre el papel de las encuestas preelectorales, de salida y conteos rápidos, el pasado 4 de junio fue probablemente uno de los peores días, si no es que el peor en tiempos recientes.

Para entender este diagnóstico es pertinente conocer las diferencias entre las encuestas de salida, los conteos rápidos y el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), sobre todo en función de quién los hace.

La forma en que los medios hablan de “las encuestas” ayuda poco o nada a realizar estas distinciones, pues son consideradas como una misma forma de realizar mediciones electorales, cuando los objetivos, muestras, alcances y realizadores son distintos. Es necesario estar mejor informados para hacer análisis y críticas bien fundamentadas, de lo contrario perderemos la oportunidad de estudiar estas herramientas en sus justas dimensiones.

Primero es necesario entender las diferencias entre las encuestas de salida y los conteos rápidos. Si bien las encuestas de salida son el instrumento más poderoso con el que contamos para conocer al elector, como las encuestas preelectorales han mostrado ser muy vulnerables, ya que tenemos que confiar en lo que nos dice el entrevistado y esperar que la no respuesta sea baja.

Cada vez es más necesario hacer modelos para saber cuál fue la decisión del elector, pues el rechazo a contestar encuestas o bien la desconfianza para decir en verdad por quién se emitió el voto son elementos importantes que tienen un impacto en los resultados. Las encuestas de salida son realizadas por consultoras y medios de comunicación y no por una autoridad electoral.

En cambio, los conteos rápidos son datos tomados de las “sábanas” que se publican con los resultados de cada casilla y no dependen de lo que nos diga el elector, sino de la votación en sí. Por ello son datos infinitamente más confiables. Los conteos rápidos suelen ser realizados por medios de comunicación, partidos y por la autoridad electoral. En principio, que los realicen los dos primeros no tiene mayor consecuencia. El que los realice la autoridad electoral sí.

De hecho, esta situación nos remite a un viejo debate, ¿debe la autoridad electoral realizar estimaciones estadísticas cuando esa misma autoridad debe contar los votos y dar un resultado oficial? De las tres pasadas elecciones donde se eligió gobernador, existe un escenario donde la estimación del conteo rápido no coincidió con el cómputo de votos? en Coahuila, el resultado de los cómputos fue de 38.19 por ciento para el candidato Miguel Riquelme, cuando el límite superior del conteo rápido lo estimaba en 37.34 por ciento.

conteos19jun17aA pesar de que el Instituto Electoral de Coahuila señaló que no podía declarar tendencia a favor de algún candidato, ya que los intervalos de estos se traslapaban, esto en lugar de abonar a la confianza de la elección ha causado más polémica. Lo mismo ocurrió en la elección de 2006, cuando el INE, con datos del conteo rápido, no pudo declarar un ganador debido a la cercanía en los votos obtenidos por Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón, lo que sirvió como estandarte para declarar el posible robo de la elección.

conteos19jun17bconteos19jun17cLos conteos rápidos realizados por los medios de comunicación y por los partidos no tienen consecuencias como los realizados por las instituciones electorales. En el caso de los medios de comunicación sí hay una diferencia entre los resultados estimados y los finales? el evento queda solo como algo anecdótico. Para las consultoras el tema se convierte en un mal récord y para los partidos puede sancionarse dentro de un esquema de responsabilidad política, pero para los OPLE o el INE la consecuencia es distinta, pues estas diferencias se consideran irregularidades que usan los que no ganaron la elección para deslegitimarlos y convertirlas en motivos de impugnación.

Ahora hay una especie de linchamiento en contra de los institutos locales electorales, incluso el INE ya ha declarado que revisará qué pasó en estas elecciones, y es que a diferencia de los partidos o los medios de comunicación, para las instituciones electorales sí hay consecuencias cuando se reporta de manera incorrecta un conteo rápido.

Ante este escenario, los medios de comunicación han hecho un nulo trabajo para abonar a la confianza en la democracia? no intentan explicar las diferencias entre las mediciones, la primera reacción es desestimar el método y brindar poca información adicional que es útil para todos.

Es normal que al tener tres tipos de fuentes de información y de resultados (PREP, conteo y cómputos) el ciudadano no tenga claro cuál indica quién ganó la elección. En las pasadas elecciones, el PREP de Coahuila se detuvo en 71.9 por ciento de actas computadas, lo que causó suspicacia no solo entre la clase política, sino entre la ciudadanía históricamente desconfiada de los posibles fraudes electorales.

Lo que no se ha analizado y desafortunadamente no lo hará ni la clase política ni los medios de comunicación es que tener 95 de confianza significa que uno de 20 ejercicios errará, aunque el método lógicamente esté bien. Cuando se habla de estas probabilidades se entiende para qué y cómo sirve el método, de lo contrario la discusión se centra —como pasa ahora— por un tamiz meramente político.

Aunado a ello, otro de los problemas en México es que no hay candidato alguno que haya reconocido la derrota. La noche electoral todos los candidatos aseguran que “las encuestas que ellos tienen les favorecen por varios puntos”, nadie sabe cuáles son estas encuestas o bien cuántos son estos “varios puntos”? no obstante, la desinformación ya ha llegado a la ciudadanía en un momento en que la autoridad electoral no se ha pronunciado sobre el ganador, instancia que por ley es la única facultada para hacerlo.

Los mexicanos estamos acostumbrados a tener resultados el mismo día de la elección y eso reduce nuestra incertidumbre? no obstante, una de las lecciones de los pasados comicios locales es que resulta un riesgo que sea la autoridad electoral quien dé información sobre conteos, PREP y cómputos, pues en el mejor de los casos los tres datos serán consistentes, pero en uno de cada 20 puede ser distinto, todo ello en un escenario donde no hay un interés mayor y acompañamiento de los medios de comunicación para explicar las posibles diferencias. Al final del día todos debemos esperar el resultado de los cómputos distritales, pues es el único método que puede declarar al ganador de una elección. Entender esto será muy importante de cara a 2018.

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  • Encíclica del Papa Francisco celebra segundo aniversario y se preocupa por el daño ambiental

Karen Janett Carranza J

papa20jun17Washington, D.C.- 20 de junio de 2017.- (aguzados.com).- En el marco de la celebración del segundo aniversario de la publicación de la Encíclica del Papa Francisco ‘Laudato, Si’, el Vaticano reprobó la decisión del presidente Trump de retirarse del Acuerdo de París, a través del Obispo Marcelo Sánchez Sorondo, quien encabeza la Academia de Ciencias Pontificia.

De acuerdo con una publicación de Reuters, Sánchez Sorondo expresó que el Papa Francisco está preocupado porque los daños ambientales puedan ser como un “boomerang que regresará… especialmente a la gente pobre”, con efectos peores. Asimismo, expresó que esto representa enviar la producción energética al pasado y no ver hacia el futuro.

“Proteger los bosques encuadra en las tradiciones religiosas acerca de que los humanos son guardianes del planeta, y no solamente la explotan. Esta era una idea no solamente de la Biblia, sino de los Griegos y de todas las civilizaciones”, expresó el Obispo Marcelo Sánchez en entrevista telefónica para Reuters.

La Encíclica del Papa Francisco ‘Laudato, Si’, una de las publicaciones más relevantes de los últimos tiempos que habla sobre el cuidado ambiental, tiene trascendental importancia debido a que en ella se reconocen datos científicos relativos al cambio climático y otros asuntos ambientales, además de provenir de uno de los líderes espirituales con mayor influencia en el mundo.

Esta obra invita a la humanidad a encontrar el equilibro de ‘Nuestra Casa Común’’  nuestro planeta, especialmente en estos momentos en que los Estados Unidos enfrentan una crisis ambiental derivada de las acciones del presidente Trump para desmantelar el Plan de Energía Limpia, así como las graves reducciones que ha sufrido la Agencia de Protección Ambiental: “es necesario el apoyo de todos y cada uno de los líderes de la sociedad para tomar acción respecto al cuidado del entorno”.

A inicios del mes de junio, pocos días después de su visita al Vaticano, Donald Trump anunció el retiro de Estados Unidos de uno de los instrumentos diplomáticos relativos a las políticas ambientales más importantes a nivel mundial. Durante su visita al Vaticano, el Presidente Trump recibió una copia de la Encíclica del Papa Francisco, a lo cual se supo que Trump respondió “la leeré”.

Personajes como el propio Papa creen en temas de la ciencia como el cambio climático; sin embargo, el presidente de los Estados Unidos continúa considerando que en lo concerniente a este tema todos son ‘datos alternativos’.

A lo largo de su desarrollo, la Encíclica reconoce desde la década de 1970, la importancia de prestar atención a los asuntos ecológicos de ‘Nuestra Casa Común’. Asimismo, esta recopilación reconoce evidencias científicas y filosóficas de miles de años de la historia de la humanidad. Uno de los pasajes más representativos de esta publicación, versa en torno a la justificación del por qué el Papa Francisco eligió regirse bajo la guía de San Francisco de Asis:

“10. No quiero desarrollar esta encíclica sin acudir a un modelo bello que puede motivarnos. Tomé su nombre como guía y como inspiración en el momento de mi elección como Obispo de Roma. Creo que Francisco es el ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología, amado también por muchos que no son cristianos. Él manifestó una atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados. Amaba y era amado por su alegría, su entrega generosa, su corazón universal. Era un místico y un peregrino que vivía con simplicidad y en una maravillosa armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior.”

En un momento en que la humanidad busca encontrar el equilibrio entre lo espiritual, lo material y lo natural, esta obra toma vital relevancia, pues devela ante los líderes de las naciones, que incluso desde un ámbito religioso, la atención al cuidado de la naturaleza debe ser uno de los principales ejes de acción de las políticas públicas.

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Jorge Varona Rodríguez

vaselinas18jun17aAguascalientes, Ags.- 18 de junio de 2017.- (aguzados.com).- La comunicación es la base del  proceso social que esencialmente  es político y politizador. La comunicación entre los seres humanos hizo posible la sociedad y el instrumento para ello ha sido la política. Es decir, en todo lo humano y en toda la sociedad la convivencia se llama política.

Por ello es inevitable la reflexión, entre otros temas, acerca de la información y la propaganda al analizar la actividad política, la cual  se despliega permanentemente no sólo en tiempos electorales, así como tampoco es exclusiva de partidos o “clase política” o de gobernantes y funcionarios. Por ello, la política   requiere de comunicación tanto más amplia y eficaz cuanto la importancia de su propia acción.

Una de las manifestaciones más evidentes de la comunicación es la propaganda  que  se desprestigió, desde 1914,  por el uso de mentiras y excesos de manipulación por las potencias en pugna.

vaselinas18jun17cCon ello “el Estado capitalista tomó por primera vez el control masivo y totalitario de la información, mediante la propaganda y la censura, con una única finalidad: la victoria en la guerra total.

Como en todos los demás aspectos de la vida social (la organización de la producción y de las finanzas, el control social de la población y muy  especialmente, de la clase obrera, la transformación de la democracia parlamentaria, formada por intereses burgueses divergentes, en una cáscara vacía) la Primera Guerra mundial marcó el principio de la absorción y del control del pensamiento y de la acción sociales.” (https://es.internationalism.org/en/node/4114)

Desde luego, la propaganda no se inventó en el siglo 20. Viene de milenios atrás con el surgimiento de la escritura, con la cual el Estado y las religiones desarrollaron  sus  ideologías y afianzaron  mitos para convencer o justificar  su dominio y expansión. En cada gran ciclo cultural (Chatelet propone tres en la historia europeo-occidental: el paganismo, el cristianismo y el laicismo), la nueva ideología forjó con sus mitos el fundamento racional del constructo de su legitimidad. Cada momento fue una ruptura revolucionaria en  la concepción del mundo y del hombre, y con ello del modelo de sociedad y las formas de dominación sustentadas en la  propagación ideológica. Desde el Renacimiento y particularmente a partir de la Revolución Francesa, la propaganda fue perdiendo los residuos de la religión y se secularizó. La fe religiosa fue sustituida por la fe terrestre, si bien utiliza la técnica y la psicología de las religiones. (Monnerot; Jules Bartlett; Boribollet).

vaselinas18jun17dLos movimientos revolucionarios de los siglos 19 y 20, perfeccionaron y llevaron a otro plano los vínculos entre ideología, propaganda y política. Crearon, con la idea de la reivindicación proletaria, una comunidad supranacional con su mitología propia. Pero Lenin fue mucho más lejos (J. Monnerot): “quiso infundir dinamismo mediante la agitación y la propaganda… Lenin y Trotsky lograron, en plena guerra, descomponer el ejército y la administración con una combinación realista de insurrección y propaganda, realizando la revolución bolchevique”. A la vuelta de un siglo, la clase capitalista de los países económicamente poderosos crearon su comunidad supranacional llamada globalización con su moderna mitología. A los métodos de la revolución opusieron los de la contrarrevolución y lograron la contención de toda forma de sublevación, hasta ahora con éxito entre otras razones gracias a la propaganda.

Junto a las varias formas de información masiva  la propaganda sigue siendo la manera de poner en movimiento a la comunidad política a través del conocimiento, como explica Flechteim, de hechos, fenómenos, ideas, metas, intereses de cada grupo o clase social.  El objetivo es politizar al individuo, es decir, convertirlo de individuo privado en ciudadano político.

Este proceso de politización tiene dos aspectos: la formación y orientación de las opiniones. La propaganda ejerce en la opinión “una acción doble –dice Domenach—magnética y protectora”. Forma la opinión individual y la lleva a expresarse en público; protege esa  expresión al crear las condiciones lógicas, psíquicas y sociales de una opinión colectiva, atractiva y segura de sí misma así sea sólo para algunos segmentos de ese ente difuso llamado opinión pública.  Esta doble función puede asumirse de diversos modos. Unos conquistan  y aglutinan a grupos de individuos por el mito, el llamado a las fuerzas del inconsciente y el miedo. Otros persuaden mediante la creación de un imaginario de ilusiones y esperanzas. Forman actitudes para eliminar obstáculos y facilitar los cambios en la estructura social, o bien, una vez consolidada la nueva estructura, impedir su trastocamiento.

vaselinas18jun17bOtra función de la comunicación es la explicación racional y la exposición de hechos, pero no está exenta de cargas ideológicas con lo cual opera de hecho como propaganda ya que  no renuncia al mito que se origina forzosamente en todos los niveles de la lucha ideológica, “aunque no fuese más que el mito de la opinión pública misma”.

Respecto al mito, conviene citar el sentido que le da Sorel: “los hombres que participan de los grandes movimientos sociales representan su acción en forma de imágenes de batallas [que pueden ser reales o místicas o fantásticas, meras leyendas] en las que siempre triunfa la causa. Propongo denominar mitos a estas construcciones”. Estos mitos, que llegan a lo más profundo del inconsciente humano, son representaciones ideales e irracionales vinculadas al combate. Ejercen una potente acción “dinamogénica y cohesiva”.

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