
- A todo problema le corresponde un distractor mediático igual y en sentido contrario
Ignacio Ruelas Olvera
Aguascalientes, Ags, 27 de mayo de 2025.- (aguzados.com).- La ética política nos dice que se ha contaminado el discurso, la narrativa, la conversación pública. Lo efímero, la irresponsabilidad, la vaguedad comunicativa entre interlocutores válidos.
Por un lado, los formatos que abrevian el lenguaje, “Pq, +, Nd, Vdd, Tqm, Dps, Xfa, Bss, …” Por otro, la indeterminación de palabras y conceptos, el descuido de sus límites que la lengua les asigna, como “pueblo y masa” que no tiene un límite claro entre una condición y otra.
La política nace del diálogo e ideas, se empodera con la consideración del “Otro”, pero no solo se debe hacer alto en el análisis del lenguaje, en el conocimiento de variables que influyen en la vida compartida, abordar nuevos métodos relacionados con la Inteligencia Artificial, IA, las programaciones cibernéticas para el dominio de bases de datos, matrices de comparaciones… Construir teorías y confrontarlas con las evidencias de manera sistemática.
En este punto, me parece que, la política fue descuidada por la ambición del poder y el enriquecimiento voraz, ser empresario de la política sin invertir capital, ni siquiera talento, ni capacidades, ni habilidades; solo afilar el narcisismo en los medios de comunicación para disfrutar su imagen y su auto consigna: su narrativa no tiene opuestos una posverdad que destruye creencias, verdades, motivaciones y justificaciones.
Servir a los “Otros” es una razón esencial de la política, por ello es necesaria la preparación, no títulos de grado que son especialidades al servicio de problemas específicos de la sociedad.
En tanto la política es para atender los problemas colectivos y generar un ambiente acorde al pacto constitucional y las leyes que de ella emanan.
La política es una ciencia, tiene teoría y práctica, sin embargo, en ese algoritmo le ha faltado una variable, la toma de decisiones, no solo escuchar y hablar, sino saber, comprender, compartir…, por vía de las virtudes, es decir, el comportamiento, pues los valores quedan solo en la teoría.
En política se requiere, sin regateo, de lógica formal. Es preciso superar el silogismo aristotélico para enfrentar razonamientos fácticos y contra fácticos, espejo de la diversidad. La pluralidad es atmosfera dónde se encuentran errores-evidencias, verdades-mentiras, autonomías-manipulaciones, negaciones y afirmaciones interrelacionadas sobre las ramas del conocimiento que inciden en una buena política.
Confrontar política posmoderna y posverdad. Frente a la posverdad detectar manipulaciones y subordinación de la verdad a narrativas emocionales o ideológicas para eliminarlas.
El conocimiento no es transformable a creencias justificadas de mentiras. Es un deber ético subrayar la objetividad y la precisión cognitiva, una herramienta crítica contra discursos políticos que distorsionan la realidad.
Frente a la posmodernidad, cuestionar meta relatos. La primera minoría que gobierna con una falaz mayoría nos lleva por vía mediática a una construcción social de la realidad desde su narrativa separada de la lógica formal, la ajustan a “mentiras vestidas de verdad”.
La sociedad enfrenta un desafío en la información a 360 grados, la toxicidad de sus contenidos y dificultad para distinguir la desinformación. No aplican conocimiento ni herramientas formales para evaluar la verdad. Por ello la política en México vive tiempos de incertidumbre y manipulación.
“Un fantasma recorre” la cultura y la política: la posverdad, manipulación de hechos y subordinación de la verdad a narrativas emocionales e ideológicas sobre una transformación inexplicable e inatendible. No se quieren dar cuenta que debilitan la confianza política, propician incertidumbres y relativizan la verdad.
La objetividad, la crítica, la claridad son herramienta eficaz contra discursos políticos que destruyen la realidad. ¿Cómo votar por magistraturas y juzgadores?
Si padecemos un contexto desinformado, constante y consciente de la zafiedad. La posverdad erosiona la confianza, relativiza la ciudadanía en calidad de electorado que acepta información que refuerza creencias preexistentes, en lugar de evaluar su veracidad de manera crítica.
Así han debilitado las instituciones de la democracia y fomentan la desinformación para polarizar y negar el diálogo y los posibles acuerdos en debates fundamentales sobre política, ciencia y sociedad.
A todo problema le corresponde un distractor mediático igual y en sentido contrario. “Teuchitlán, Zedillo, Sonora, aranceles, crímenes…” En su dicho reiterado, culpabilidades en el pasado con olvido de su propia experiencia, los neoliberales, conservadores, Calderón...
Han logrado inhabilidad ética de reconocer sus capacidades y errores, negligencias y despotismos, insolvencia para dar la razón al Derecho, a la Ley, a la Justicia.
Impulsan caos, incertidumbre, basureo, incoherencias, ofensas desde las redes sociales a quienes no piensan como ellos, contaminando desde robots extraterritoriales.
Intoxicaron el diálogo público, lo manipulan, subsumen a los contrarios, profieren que le elección del Poder Judicial nos dará más democracia, ésta no se da por kilos sino en cualidades. En efecto, la elección tiene rango constitucional, empero, procesos, subprocesos, actividades, más del 80% no están en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.
Un proceso legislativo inacabado regula las elecciones del primero de junio.