Viernes, 26 Abril 2024
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AGuzadoS / Nomás no aprenden II

Carlos Romo Medina

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ES EVIDENTE que los políticos de este País siguen estancados en la práctica de esquemas de campaña y discursos anquilosados que son por demás insoportables y que en poco o nada varían de una elección a otra, salvo por la “revolcada” que le dan a la redacción los escribanos encargados de conseguir que el milagro de la credibilidad convenza a la ciudadanía mediante la palabra escrita. En síntesis, el arte de la demagogia plena. Pocos se atreven a improvisar, so pena de caer en discursos populistas, exagerados y que incluyen la entrega del paraíso en la tierra a cambio del voto.

CUANDO ESTÁN ejerciendo el poder ofrecen continuar por la ruta del progreso que –según ellos- afirman haber conseguido. Además, inmersos dentro de una especie de acto de contrición –un arrepentimiento fingido y perverso- reconocen que “falta mucho por hacer” pero de inmediato prometen que “ahora sí” se resolverán las deudas pendientes y rezagadas por siglos. Es cuando la demagogia toma forma en todo su esplendor.

LLEGA A LA memoria el lema de campaña en el año de 1982 del “abanderado” en turno del entonces invencible partido aplanadora, el PRI, Miguel de la Madrid Hurtado, que con enormes letras escupía en el rostro de la sociedad: “Por la renovación moral de la sociedad”. Esto, después del saqueo que venía arrastrando la República desde las “administraciones” de Miguel Alemán Valdés, pasando por las de Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo.

DE MANERA SUBLIMINAL ese mensaje de “renovación moral de la sociedad” en forma perversa y sagaz fue una expresión genérica, expresión incapaz de deslindar responsabilidades y dilucidar, diferenciar y menos castigar a los responsables que habían nadado en el espeso lodo de la corrupción, la inmoralidad y el cinismo para saquear la riqueza nacional en todos sus ámbitos. Hasta un par de “cómicos” al servicio del Estado (Chucho Salinas y Héctor Lechuga) lucraron a manos llenas cuando montaron en escena una obra teatral denominada “La corrupción somos todos”. Como resultado del circo montado: el pueblo se divirtió, vino la catarsis y de esa manera se “desquitó” de los atracos históricos y perennes de los que ha sido víctima.

SIGUEN SIN ENTENDER que las promesas vanas y cíclicas, burdamente maquilladas que ofrecen en cada campaña electoral están fuera de la realidad. Insisten en utilizar idénticas formas de “hacer campaña” con los “acarreos”, pues según ellos, así se demuestra el músculo de popularidad y aceptación que los candidatos tienen del pueblo al que han exprimido y oprimido de manera ominosa, cínica y deplorable.

SIGUEN SIN ENTENDER que el sistema ha agotado sus viejas artimañas. Menos aceptan que reciclar en las candidaturas a los mismos de siempre y a los orgullos de su nepotismo (juniorcracia) los perfila directamente al precipicio electoral. Es lamentable pero las evidencias por la manera en que se conducen son signos inequívocos de que jamás entenderán.

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COMPLEMENTANDO la relación de miembros de la juniorcracia aguascalentense, valdría la pena señalar que en la entrega anterior se nos escaparon de la memoria los nombres de Juan Manuel Gómez Morales (hijo de Augusto Gómez Villanueva, echeverrista de “hueso colorado”) y Edson Camarillo (hijo de Rubén Camarillo Ortega). Vale la pena precisar que el mal de la juniorcracia ha hecho mella y se ha anidado también en el mundo deportivo y de los espectáculos, contaminándolos. La lista también es bastante amplia y los nombres de muchos de ellos usted los conoce a la perfección.

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CONTUNDENTE. En la Agencia Quadratín se publicó ayer un editorial escrito por Teresa Gil que resultó ser demoledor y que intituló “La senilidad de Otto”. Textualmente dice: “Lo senil implica la ancianidad y la pérdida paulatina de facultades. Así lo definen los diccionarios y en la vida diaria lo constatamos hasta en la separación de las edades, cuando se aplica a la tercera edad. El secretario de educación sustituto, Otto Granados Roldán, es un anciano de 61 años que está en senilidad, no sabemos que padezca demencia senil que agrava el estado de ancianidad, pero por su misma situación, por el respeto que merecen los demás, no está en condiciones de calificar a nadie que tiene su misma circunstancia, el paso de los años. Mucho menos hacerlo en espacios públicos y desde el poder, que se supone debe ejercerse para todos. Si las leyes realmente se aplicaran, el INAPAM ya hubiera intervenido ante la ofensa que al parecer lanzó -la SEP no lo ha negado-, al señor Andrés Manuel López Obrador un hombre tres años mayor que él, que no difiere por lo tanto mucho en edad. Hay penas y agravantes. Desde luego es una entelequia pensarlo en el integrante de un sistema político que ha hecho de la impunidad su trayectoria y que desde luego en esa misma distracción de lo que sería un estado de derecho, implicaría locura pública, disminución general de intenciones jurídicas, que trasciende de alguna manera a la mente. Lo vemos a diario en el comportamiento de los gobernantes, no necesitamos más pruebas. El mismo señor Granados lo asumió desde hace tiempo al convertirse en vocero de alguien que llevado por la demencia del poder, ha hecho uno de los más grandes fraudes del sistema, Carlos Salinas de Gortari. En la frase que lanzó – insistimos, la SEP no lo ha negado-, contra el precandidato de Morena, tiró la piedra y escondió la mano, después se puso a bordar sobre Shakespeare y los diccionarios, como definitorios de un calificativo para justificarse, pero su propia insistencia lo traicionó. Otto es un funcionario que ha sido favorecido por su lealtad al sistema y que no tiene conocimientos formales de educación, como no sea su labor como amanuense de Jesús Reyes Heroles. En la práctica es un abogado y la SEP puede estar en peores manos que las de Aurelio Nuño. En lo que sería la locura de la ignorancia”. Puede consultar la publicación original en la siguiente liga

https://oaxaca.quadratin.com.mx/la-senilidad-otto/

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INEFICACIA LEGISLATIVA. Lo bueno es que la diputada priista Citlalli Rodríguez González, a la sazón presidenta de la Diputación Permanente de la paupérrima LXIII Legislatura, solamente reconoció que el compromiso de este órgano colegiado deberá conducir una etapa productiva que redunde en el avance para resolver los 249 asuntos pendientes que están registrados en las diferentes comisiones. Si el rezago legislativo heredado de la LXII Legislatura en su momento fue cuestionado y encendió los focos rojos, no podemos imaginar cómo es que los actuales diputados, que son por demás incumplidos e irresponsables, la mayoría de ellos pretendan reelegirse en el cargo. Un ejemplo más de cinismo, indolencia y corrupción de la excelsa clase política que se anida en la presunta “casa del pueblo”. Seguramente han de creer que la ciudadanía está ansiosa por reelegirlos. Lamentable.

EN SUS PROPIAS PALABRAS:

ag04ene18aLa política pública tiene que ser una política pública focalizada; tiene que ser una política pública específica, no podemos hacer una política pública que trate a todos igual, porque lo que queremos son las mismas oportunidades; la política pública tiene que ser específica. Es mucho lo que está en juego este 2018 y es mucho lo que tenemos que aportar: aportar confianza, aportar experiencia, aportar certidumbre. José Antonio Meade Kuribreña, precandidato del PRI a la presidencia de la República.

FRASE DEL DÍA:

La demagogia es la capacidad de vestir las ideas menores con las palabras mayores. Abraham Lincoln (1808-1865). Político estadounidense.

EL BISTURÍ. El ajuste de cuentas entre los sucesos y las declaraciones.

La soberbia de quienes detentan el poder les está allanando el camino de regreso a casa.

COLOFÓN.

Ni son todos los que están, ni están todos los que son.

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