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LAS PARAJODAS POLÍTICAS O “NO ME DEFIENDAS, COMPADRE”

 

 

  • En estas fechas hemos atestiguado una serie de incongruencias…

 

Francisco Javier García Zapata

 

Aguascalientes, Ags, 24 de febrero de 2024.- (aguzados.com).- Nuestra existencia navega en un océano de paradojas, y de hecho podríamos considerar que la vida misma es una paradoja.  “Parajodas”, acotan algunos con buen humor y mejor acierto.

Interpretando poéticamente el dicho, un dicho sombrío como antaño los templos en Cuaresma, de que “para morir nacimos”, escribe Sabines que “(Dios) inventó la muerte: para que la vida —no tú ni yo— la vida, sea para siempre.”

Paradójicamente, son los vivos, o los “vivillos”, quienes sacan ventaja de los atentados a la lógica y a la congruencia que pueblan la llamada “vida pública”. En este país de máscaras, diría Octavio Paz, son los mayores beneficiarios porque ellos mismos crean, involuntaria o artificiosamente, tales contradicciones, y las justifican a su modo.

En su discurso incontables veces citado, declaraba Colosio (quien hace 15 días hubiese celebrado su 74 cumpleaños): “Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales”.

El panorama no ha cambiado. Y todo sería hasta risible si no fuera preocupantemente dramático.

Hay numerosos acontecimientos que, por repetidos, a pesar de ser ilógicos o inmorales si no es que ilícitos o ilegales, se han vuelto “normales” y ya no producen escozor, ni rubor, y menos alguna reacción. La situación se parece a esas imágenes de personas famélicas sobre las que revolotean enjambres de moscas, mientras esas personas, incluso llagadas, cierran los ojos resignadamente.

Aunque tarde o temprano los efectos de la incongruencia alcanzan y atrapan a los propios perpetradores. Y la única forma de un aparente escape es recurrir a los artificios lingüísticos, a maromas retóricas, o poner por delante “sacrosantos principios”.

Justo en ese predicamento se halla el expresidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ahora en campaña mediática para “aclarar” las afirmaciones del presidente de la República, del que es o fue aliado. Y es que el presidente, como se sabe, reconoció/hizo ostentación en su mañanera del miércoles que él intervenía ante Zaldívar, cuando éste presidía la Corte, para que a su vez influyera en los jueces en asuntos de gran calado.

Hay quienes creen que las expresiones del presidente López Obrador sólo describen y confirman la imagen de subordinación del ministro en retiro, que el jurisconsulto mismo construyó con sus actos, como su propia renuncia.

Zaldívar puede admitir que sí recibió y transmitió “recomendaciones” pero “respetuosas” (al estilo de aquel alcalde nayarita Layín que reconoció que robó “pero poquito”), y aducir --a manera de justificación y desdeñando el estruendo de los golpes de pecho y desgarramiento de vestiduras de quienes resulten aludidos--, que “ayudaba” al presidente, aunque en menor grado que como se hacía en la “época neoliberal”.

Si el presidente sostiene sus declaraciones y Zaldívar las propias, AMLO podría quedar en entredicho y daría pie a suponer que Zaldívar lo engañó, pues éste afirma que "nunca hablé o he hablado con ningún juez, jueza, magistrado o magistrada para proponerle, sugerirle, insinuarle y mucho menos instruirlos en determinado caso”.

Dice Bert Hellinger, creador de las Constelaciones Familiares: “El que asume sus actos no siente culpabilidad; tiene fuerza y hace las cosas inherentes a las consecuencias, lo que, al final, es positivo para los demás. Asumir los actos y sus consecuencias es grande y tiene fuerza”.

Seguramente que el ministro fanático de Taylor Swift no ha leído a Hellinger, pero aun así le resultaría más provechoso apechugar los señalamientos presidenciales y actuar en consecuencia; de lo contrario, tendrá que continuar en su afán de defensa propia y dejar que el presidente quede como el changuito del chiste mentiroso.

Por otra parte, mirando el aspecto positivo, con sus declaraciones el presidente abre la puerta para que se trabaje más en el perfeccionamiento del estado de derecho y la vida jurídica, y en la defensa y el fortalecimiento de la división de poderes. E incluso, y, sobre todo, en el análisis de a quiénes elegimos para llevar las riendas del país, y a quiénes escogemos para el Congreso.

En estas fechas hemos atestiguado una serie de incongruencias tanto a nivel nacional como local, que bien haríamos en tener registradas precisamente con vistas al 2 de junio, que --además de ser el 154 día de este año, aniversario del saqueo de Roma por los vándalos (año 455), y onomástico de Blandina, Dictino, Nicéforo y Potino, entre otros-- será el domingo en que habremos de acudir a las urnas en las “más grandes elecciones” de nuestro país.

DÍA DE LA BANDERA

Además de ser “la más bonita” del mundo, “yo tengo otros datos” interesantes acerca de nuestra Bandera, más allá de los datos oficiales. Por lo pronto, repitan después de mí:

Bandera de México: legado de nuestros héroes,

símbolo de la unidad de nuestros padres y de nuestros hermanos,

te prometemos, ser siempre fieles, a los principios de libertad y de justicia,

que hacen de nuestra Patria, la nación independiente,

humana y generosa a la que entregamos nuestra existencia.

¡Viva México!

 

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